31.7.22

Complemento al reportaje de La Tercera sobre teleférico Tobalaba-Huechuraba y donde se cita mi opinión

Artículo original en La Tercera: Que incorpore la tarjeta bip! y que cubra “sectores marginados”: los reparos al teleférico Tobalaba-Huechuraba

Frente a las situaciones extremas que vive el país, tales como el déficit habitacional, el crimen, la violencia desenfrenada que afecta a todos los ciudadanos y la falta de gobierno que genere confianza y seguridad para la población, entre otros, llama la atención que se reviva el proyecto de Teleférico de Santiago como medio de transporte colectivo. Si bien, la vivienda y el transporte son preocupaciones de distintos ministerios, ambos son financiados por los contribuyentes. Es en ese contexto que respondí a las siguientes preguntas formuladas por La Tercera para su reportaje titulado “Que incorpore la tarjeta bip! y que cubra “sectores marginados”: los reparos al teleférico Tobalaba-Huechuraba”:

En la actualidad, el propósito del Teleférico de Santiago es la recreación y turismo.

Frente a la reactivación del Teleférico de Santiago -proyecto que busca unir Providencia y Huechuraba en 13 minutos-, ¿cuáles son los aspectos positivos que puede provocar este innovador medio de transporte? ¿A qué desafíos en concreto responde?

Cualquier proyecto de transporte que permita a los pasajeros transitar de una lugar a otro de la ciudad de forma eficiente y que además utilice energías limpias y renovables, es bienvenido. Si bien este es un proyecto que además entrega una forma muy distinta de movilidad, que aprovecha nuestra topografía para resolver y brindar una solución a la conectividad y congestión vehicular, existen problemas que deben ser resueltos para que este proyecto, más allá de los señero, brinde una solución real a los ciudadanos. Con esto me refiero tanto a los aspectos urbanos como a los económicos y de gestión.

En lo urbano tiene que resolver la llegada, esos nodos de conexión que alteraran las dinámicas de movilidad existentes: espacios para recibir este mayor flujo peatonal y de pasajeros, que articulen debidamente estos desplazamientos, con los otros modos de transportes, sin crear externalidades y siempre teniendo en mente la mejora de los espacios urbanos existentes.

Desde lo urbano y económico, se suscitaron algunas dudas cuando este proyecto fue planteado hace algunos años atrás. Entre estos se mencionaba la verificación de los volúmenes de personas que serían beneficiadas, versus el costo del proyecto—el que entiendo alcanzaría una suma de  $80 M de dólares, para transportar 6,000 pasajeros por hora—. Yo no tengo la respuesta a esta pregunta, pero imagino que quienes están impulsando el proyecto deben ya haber demostrado que la inversión es la correcta, cuando comparado, por ejemplo, con las ampliaciones de las líneas del Metro (también sustentable, eficiente y con una gran capacidad de transporte de pasajeros por hora). En cuanto a la gestión, en Chile falta mucho en aspectos de mantención de nuestros proyectos de infraestructura y su operación y calidad deben ser preocupaciones con financiamiento permanente en el tiempo. Un presupuesto serio y responsable debe considerar ese ítem de forma realista. 

Dentro de la experiencia comparada, ¿qué países contemplan el teleférico como medio de transporte y cómo es su funcionamiento allá? ¿Cuál es su principal ventaja -comparado con el transporte vehicular-?

En los países de América sur y central es donde existen el mayor número de teleféricos usados como medio de transporte público. Si bien en algunos países de Europa tenemos ejemplos, estos están mayormente asociados a la recreación y al turismo, tal como lo ha sido el teleférico Metropolitano de Santiago. En la mayoría de los casos  y principalmente en nuestra región, estos han optado por una gestión público privada y concesiones que cuidan de su operación y mantención.

El teleférico de Portland en USA y se vincula tanto al transporte público terrestre, tranvías, trenes y pistas de bicicletas, lo que lo hace muy eficiente. Sin embargo, su extensión es bastante acotada a un sector de la ciudad (y un hospital, OHSU). Algo similar sucede en los que he visitado en Europa, de conexiones acotadas, algunas muy domésticas, pero en su mayoría turísticas. En este sentido es difícil augurar el futuro de esta forma de transporte en Chile, dado que su realidad no es comparable a la de Bolivia o Colombia, donde el teleférico ha sido una respuesta satisfactoria a la conexión del centro de la ciudad con sectores urbanos de alta vulnerabilidad y pobreza, magnitud que no es comparable al caso de Huechuraba y que por supuesto esperamos que nunca lo sea. Además, tenemos la responsabilidad de no incentivar el crecimiento urbano hacia la montañas, sino más bien consolidar e ir mejorando las periferias que ya existen.



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