Carta publicada en El Libero, 29 de enero, 2022
Señor Director:
El doble discurso (doble moral o estándar) es una forma de violencia psicológica usada para imponer valores y normas y así someter a las personas. Para este fin utiliza métodos de aprobación y censura, promoviendo los sentimientos de culpa, autocensura y de humillación para quienes fracasan en estar a la altura de esos valores, o no participan de estos.
Quienes infligen este doble discurso para el logro de sus objetivos, practican una forma de superioridad moral y soberbia, arrogándose privilegios que los mantiene exentos de regirse por esas mismas normas. En Chile nos hemos acostumbrado a perdonar el doble discurso, a pesar de constituir una injusticia que, por su agravio y evidente artificio, es maltratadora. Lo vemos por ejemplo en la convención constituyente, donde sectores afirman promover la sororidad, transparencia, tolerancia y diversidad; sin embargo, este estándar aplica sólo a quienes profesan similar pensamiento político. Es allí donde un minuto de silencio para uno de los tantos asesinados en la Araucanía no se extiende a aquellos que son víctimas del terrorismo. También vemos el doble discurso en los cambios de opinión del Sr. Gabriel Boric en relación con el 4º retiro de ahorros previsionales, donde su nuevo estatus convierte en inoportunos los mismos “valores” que legitimaban el retiro sólo semanas atrás. Asimismo, en el llamado de su sector a cesar las manifestaciones, las que hasta unos meses calificaban como ‘pacíficas’, ‘pacifismo’ que ahora entra en conflicto con su gobierno. La deferencia, o privilegio, que hoy piden para ellos, no le fue concedida al gobierno del Pdte. Piñera.
El doble discurso, que no es exclusividad de la izquierda, pero que sin embargo hoy se manifiesta con descaro en ésta, es una inmoralidad cuyo flagelo no merecemos. Esto nos denigra y su farsa nos enferma y, aunque nos cueste reconocerlo porque es humillante, nos convierte a todos en víctimas del engaño. Una forma de superar este flagelo es enfrentarlo con integridad y verdad, para comenzar así a sanear nuestra sociedad y país.
Estas fotografías lamentablemente son reales y recientes. Ser "joven" no es excusa para el barbarismo. |