16.12.15

Edificio Protección Mutua de los Empleados Públicos de Chile: patrimonio víctima del dictamen de la ignorancia

Beatriz Maturana Cossio
Arquitecta y académica FAU


La inminente destrucción del edificio Protección Mutua (construido alrededor de 1923), además de representar un atentado violento en contra de nuestro patrimonio cultural, su ciudadanía y ciudad, revela también el fracaso del diálogo y creatividad al momento de enfrentar conflictos como el generado por este edificio. Por un lado han sido las autoridades (de todas las persuasiones políticas) las que han permitido la destrucción de nuestros edificios patrimoniales y ciudades. Y por otro, la clase empresarial que con su evidente ignorancia, no han explorado alternativas a la destrucción. Esta situación refleja la brecha entre los movimientos sociales que protegen el patrimonio y las instituciones profesionales y de educación (institutos patrimoniales, profesionales arquitectos), que más allá de cartas, muchas de ellas a título personal, no parecen haber tomado un rol activo, comprometido y concertado en conjunto  con las organizaciones ciudadanas. Por último, quienes defendemos el patrimonio, también necesitamos abrirnos a la idea de que ni los edificios, ni sus funciones pueden congelarse en el tiempo y que no todos estos pueden convertirse en museos y galerías. Necesitamos una ciudad que responda a las nuevas necesidades, a nuevas funciones y también que genere las dinámicas económicas para que exista más trabajo, para inyectar actividad en las calles (particularmente en sectores deprimidos como lo es el sector donde se ubica Protección Mutua) y para que todos puedan beneficiarse.


Esta foto muestra los detalles que decoran su fachada y cada una de sus particulares ventanas.

El menosprecio por un edificio emblemático, como lo es Protección Mutua, no refleja progreso en un país, muy por el contrario. La nueva torre propuesta por el empresario Max Marambio quizás podrá generar una mayor densidad poblacional, pero esta será forzada (lo contrario de convivialidad urbana) y nacerán condenadas a ser parte de una trama urbana sin historia, sin memoria y que literalmente se desvanece—comprensión que evidentemente está fuera de su alcance—.

En países desarrollados se protegen los edificios patrimoniales (Copenhague, Estocolmo, Barcelona, entre muchos otros), incluso los que representan un patrimonio más reciente, como es el caso de Melbourne y Sídney en Australia. En estos países, los edificios patrimoniales, más que objetos puntuales, son entendidos y contextualizados dentro de un tema ciudad. A estos edificios y a sus entornos se les restaura la vida y como resultado, se revitalizan los barrios y las ciudades. Son este tipo de ciudades donde las calles invitan a recorrerlas por su cultura, belleza y consecuentemente su vitalidad. Esta forma de enfrentar el patrimonio si genera ganancias económicas y sustentables en el tiempo. En estas ciudades es dónde genuinamente y como resultado de compromisos y diálogos que enriquecen la ciudad, se puede considerar una mayor densidad habitacional.

En cualquier otro país de la OCDE sería impensable destruir un edificio como Protección Mutua, emblemático de su tiempo, de exquisitos detalles y que ha resistido dignamente todas las embestidas sísmicas que caracterizan a este país. 

La destrucción del patrimonio es sintomática de barbarie—de aspiraciones mezquinas y cortoplacistas—que atentan contra nuestros valores ciudadanos. El descontento ciudadano hacia este tipo de situaciones demuestra que tenemos una sociedad que quiere avanzar hacia un verdadero desarrollo y progreso. Demuestra además que las aspiraciones ciudadanas no están siendo satisfechas por nuestras instituciones gubernamentales, demostrado en del dictamen de la Contraloría General de la República, instituciones que no lideran en el progreso socialmente sustentable del país. 

No existe una fórmula única para salvar un edificio patrimonial. Para llegar a una solución aceptable necesitamos dialogar y contribuir a este diálogo, con la certeza de que nadie habrá logrado todo lo que se propuso inicialmente y con la satisfacción de que contribuiremos a una mejor solución y en el proceso, aprendido algo nuevo. Organizaciones sociales, gremiales, gubernamentales, educacionales y empresarios como Marambio, necesitan sumarse a una ciudad que construye un progreso real y sustentable, un tipo de progreso que es complejo y multifacético, y que destaca la cultura por el bien común (su historia e identidad), por el bien económico (del habitante y el empresario) y ambiental (en la vitalidad de sus calles y calidad de vida de todos). Las posibilidades para el edificio Protección Mutua existían y no hemos sido capaces de rescatarlas juntos. 



Algunos datos de interés:


La Municipalidad de Santiago se pronuncia: http://www.municipalidaddesantiago.cl/prensas/ver/declaracion-publica-respecto-a-la-situacion-del-edificio-de-la-proteccion-mutua/

Nota publicada originalmente en FAU Opina, hoy su registro en la página FAU (U.Chile) ha sido borrado. 



     Copyright © beatriz.maturana 2003-