Las explicaciones y comentarios de las últimas semanas en
relación con el estrés que viven los estudiantes de arquitectura de la U. Chile
y los estudiantes terciarios en general, parecen obviar algunos temas de fondo,
entre estos:
- - La deficiente educación con la que muchos estudiantes entran a la carrera de arquitectura, la cual no los provee con las debidas herramientas para enfrentar los desafíos académicos.
- - Los continuos paros y tomas, que, al tratar de reponer el tiempo perdido, generan mayores y más intensas demandas, tanto para estudiantes como académicos. Los daños y costos generados por estas acciones son incalculables, afectando a los estudiantes más necesitados, la institución y el país. Estos recursos perdidos se podrían invertir en mejorar las condiciones y servicios a los propios estudiantes.
- - La agresión y abuso al que se ven expuestos quienes se atreven a expresar su descontento con estas acciones y la mayoría silenciosa de estudiantes que no participan de estos movimientos que imponen los paros y tomas (basta revisar las redes sociales de los estudiantes). Esta situación también genera estrés tanto para los estudiantes, como para muchos académicos.
La universalización
del derecho a la educación terciaria requiere estudio y un diálogo que no esté
al servicio de intereses políticos, sino, al servicio de los futuros
profesionales y, por ende, del país.
La deficiencia de la educación primaria y secundaria no se puede revertir en su totalidad durante la educación universitaria. Se puede tratar de nivelar, lo cual requiere recursos extraordinarios de todo tipo.
La “educación de calidad” es un buen slogan, que si se tomara con responsabilidad requeriría su aplicación desde el kínder para culminar en la educación superior y no al revés.
La deficiencia de la educación primaria y secundaria no se puede revertir en su totalidad durante la educación universitaria. Se puede tratar de nivelar, lo cual requiere recursos extraordinarios de todo tipo.
La “educación de calidad” es un buen slogan, que si se tomara con responsabilidad requeriría su aplicación desde el kínder para culminar en la educación superior y no al revés.
Miro con consternación el ambiente que hoy caracteriza a la
educación universitaria, también la liviandad y manipulación con que se abordan
importantes y complejos objetivos, como lo son la equidad, el respeto y la
democracia en la educación.
Beatriz Maturana
Cossio (PhD)
Arquitecta,
Académica Fac. Arquitectura y Urbanismo. U.Chile