Petitorios van, respuestas vienen y caen en oídos sordos, oídos que lamentablemente parecen no tener como objetivo la resolución de los problemas de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU), sino algo más que si bien entiendo, no se resuelven desde la FAU. Por lo mismo decidí escribir mi impresión (no pretendo representar a nadie), no porque mi impresión sea necesariamente importante, sino, porque quiero entregarles algo que no es una respuesta o demanda en un formato duro, sino mi reflexión como individuo que no ha experimentado jamás una movilización estudiantil como la de ustedes. Nunca viví esto en mis años bajo la dictadura —los representantes estudiantiles eran designados, también los decanos, rectores etc., a los estudiantes “sospechosos” simplemente los echaban, entre ellos a mí—. Tampoco vi algo similar en mis 25 años trabajando en el extranjero, desgraciadamente ni siquiera cuando la educación hasta entonces gratuita en Australia, pasó a ser pagada.
Llevo 3 años trabajando en esta facultad y como en toda institución, existen buenas relaciones y también fricciones—esto es natural—, pero lo que aún no veo es algún académico o funcionario que no desee mejorar la situación del país, de nuestras ciudades, de la sociedad y por supuesto de la FAU. Tampoco he conocido a ningún académico corrupto con intereses en Penta, SQM, las farmacias, las Isapres o las AFPs y/o que no desee mejorar la educación, ¿cómo? Bueno, diferencias existen por supuesto y eso es lo bueno, porque en las diferencias se generan los debates, el diálogo y la educación. Sería lamentable que todos pensáramos igual y de ser así, sospecharía que habríamos sido adoctrinados y no educados (es muy importante saber reconocer la diferencia entre estos dos conceptos). La educación, más que la acumulación de información, nos ayuda a pensar y a discernir y me temo que como país tenemos un gran desafío en esta materia.
Entonces me pregunto, en que se basan los estudiantes para construir esta dicotomía académicos v/s estudiantes, ¿cómo es que yo (nosotros) de alguna forma insospechada somos “enemigos”? Para quienes conocen y se interesan por la historia, verán que estos simplismos (dicotomías) invariablemente no se basan en la honradez o inteligencia, sino de una u otra forma, en la promoción intencionada de la ignorancia (desgraciadamente los ejemplos sobran, nacionales e internacionales). Pero este es un tema largo y no me iré por las ramas, sino lo dejo con ustedes—quizás alguno esté interesado en el tema y podamos conversar—.
Si creen que exagero cuando hablo de bandos artificialmente generados y utilizo el término “enemigos”, piensen por ejemplo en lo que sucede cuando a un colega se le insulta (lo que es muy distinto de diferir en ideas y fundamentarlas). Por ejemplo, ¿en qué se basan algunos estudiantes para insultar a alguien llamándolo/a fascista? ¿Se imaginan ustedes cómo reaccionarían (y con justa razón) si un académico de la FAU acusara a algún estudiante de “fascista”? ¿Acaso no solidarizarían con la persona insultada? ¿Acaso no tendrían ustedes derecho de exigir una disculpa? ¿Qué sucede con el respeto mutuo que nos debemos como ciudadanos y como miembros de la universidad, donde se espera que la conversación sea más elevada y respetuosa porque tenemos un deber país? ¿Es esta actitud una invitación al diálogo, al entendimiento y a la solución de este, o cualquier problema?
Me apena muchísimo ver un lienzo en la puerta de la FAU afirmando que los estudiantes están en una lucha permanente—contra quién me pregunto yo—. Sí, esperemos que el grado de conciencia de algunos estudiantes esté al nivel de un riguroso y crítico análisis de las condiciones políticas y que esto de alguna forma los/nos lleve a actuar de manera responsable. Entonces ¿por qué yo, como académica, interesada en lo mismo, me encuentro en la otra vereda? Será que, a pesar de mi postura política y mi actitud de permanente análisis crítico, no comparto el horror que me genera la noción de una “lucha permanente”—horror por lo sufrido en Chile, horror porque lo vi en la pobreza (permanente) de Nicaragua como consecuencia de la guerra; también en la pobreza y muertes que generó la lucha permanente en contra de la ocupación de Timor del Este por parte de Indonesia (que felizmente finalizó en el 2000). Para quienes que como yo han visto y solidarizado con las luchas necesarias por las libertades más básicas, sabemos del sufrimiento que esto implica, el deterioro, el trauma y retroceso de todo tipo, es por esto que no tomo las palabras de estos lienzos a la ligera.
En caso que no lo hayan considerado, comparto con ustedes que en esta semanas de toma no sólo se han perdido clases. La situación es peor aún para los estudiantes obreros del ENOC, quienes no pueden participar en las decisiones de los estudiantes movilizados y a quienes ustedes no han preguntado lo que piensan. Nuevamente me pondré yo como ejemplo para que multipliquen las pérdidas por cada uno de los académicos, muchos quienes tienen responsabilidades más grandes que la mía (y algunos que seguramente apoyan la toma). Un estudiante de Brasil quién quería que yo fuera su supervisora de título, dada la toma decidió irse a la Católica. Mi estudiante de Italia que vendría en Julio, debido a la toma, lo estaba re-pensando y desde entonces no he sabido nada. Un colega de la Universidad de Deakin, con quién conversamos en relación a oferta para estudiantes FAU (con muchas garantías) en estudios de postgrado, dudó cuando le dijimos que no podía visitar la Facultad y le explicamos el porqué. Las conferencias, los convenios, acuerdos e invitaciones a académicos extranjeros están pendientes, ya que estos implican compromisos inamovibles y difíciles de concertar, más difícil aun cuando no tenemos la certeza de contar con la infraestructura necesaria para las actividades—todo esto va en desmedro de nuestra credibilidad como académicos e institución, de su educación, del potencial de generar redes y oportunidades de las cuales ustedes se beneficiarían—. Este tipo de trabajo (y mucho más) es realizado por los académicos en forma permanente, aunque solo los resultados sean visibles para ustedes.
Leí el petitorio de los estudiantes, también las respuestas. No existe nada que no sea conversable, todo (lo que no está fuera del campo de acción de la FAU) es posible de conversar y mejorar. Las distintas decanaturas quizás han demorado, o no han podido cumplir con todo lo comprometido, quizás necesitan recordatorios de vez en cuando ¡y hasta carteles para que todos nos enteremos! Quizás también necesitan la contribución de los estudiantes. Sí, pero nada justifica las pérdidas de todo tipo generada por esta toma, tampoco la imposición de sólo un punto de vista, con la amenaza concreta de seguir en toma. Quizás podemos estar de acuerdo en que las faltas son sólo reflejo de que vivimos en un país donde los recursos no son mayores y necesitan ser mejor encausados, situación que no se resuelve en la FAU, pero que desde la FAU podríamos contribuir con futuros profesionales excelentemente capacitados para pensar, discernir, oír distintos puntos de vista, para así como profesionales poder contribuir, sustentar y tomar responsabilidad por sus decisiones.
Insisto que en la FAU no se debe crear la idea de dos bandos. Por supuesto tenemos distintos roles, edades, experiencias profesionales, académicas y educativas que hacen que unos sean profesores y otros estudiantes, es lógico, pero lo que tenemos en común es más importante. De la imposición, violencia e imposibilidad de trabajar y educar no se logran resultados buenos y sustentables en el tiempo—sólo hay que revisar la historia nuevamente—. Ni los insultos gratuitos, ni las voces enojadas pueden dar sustento legítimo a medidas tales como una toma—la conversación informada, el diálogo y el respeto si—. Entonces, estando de acuerdo que la educación necesita mejorar, que Chile necesita mejorar y que en el pequeño mundo FAU también las cosas tienen que mejorar constantemente, ¿me permiten diferir con ustedes respecto a la toma? ¿Podría no ser tratada como enemiga: a quién se le cierra la puerta y no se le permite realizar su trabajo? Cuando hablo de mi trabajo, no hablo del día a día, hablo de esas perspectivas educativas por la que muchos nos la jugamos, por este proyecto FAU, U. de Chile y país.
Si se han tomado la molestia de leer lo que escribí y si hay algo en lo que no fui clara y de lo que quisieran conversar, yo como siempre estoy disponible.
Nota: sé que dije que hablaría por mí y que en algunas ocasiones he usado el “nosotros”, lo hice sólo en aspectos en los que entiendo que todos, incluso los alumnos nos identificaríamos. Puede haber errores en el texto, no quise editarlo porque en el proceso me podría arrepentir de compartirlo y soy de las que creo hay que hacer las cosas (no cualquier cosa) cuando se sienten.
Académica FAU
Junio 27, 2015